Violáceo profundo de mucho cuerpo, nariz a violetas y mermelada de dátiles, muy goloso. En boca fue sumamente equilibrado, de astringencia potente pero elegante y final amargo muy rico. Lo maridamos con Mole Poblano, fue una apuesta arriesgada pero acertada, pues la combinación resaltó lo mejor de ambas partes sin que dominara una sobre la otra.
Violáceo profundo de mucho cuerpo, nariz a violetas y mermelada de dátiles, muy goloso. En boca fue sumamente equilibrado, de astringencia potente pero elegante y final amargo muy rico. Lo maridamos con Mole Poblano, fue una apuesta arriesgada pero acertada, pues la combinación resaltó lo mejor de ambas partes sin que dominara una sobre la otra.
Jul 5th, 2020